lunes, 2 de julio de 2012

Yomo Toro (1933-2012): adiós a un jibarito

Una de las estrellas del mítico sello Fania murió en Nueva York el pasado sábado 30 de junio, víctima de cáncer. Se trata del músico puertorriqueñoVictor Guillermo “Yomo” Toro, quien desde la explosión del movimiento salsero latino hace cuarenta años, filtró la herencia campesina de su isla gracias a sus destacadas interpretaciones del cuatro boricua.

El cuatro, como los propios jíbaros, desciende de los pioneros españoles que en siglos coloniales llegaron “al puerto rico” a labrar las tierras montañosas. Allí llegaron con laúdes y vihuelas que los jíbaros, sus descendientes criollos, transformarían en el gran símbolo de la identidad campesina: el cuatro. Y aunque así se llama aquel, consta de cinco cuerdas que alegraban las jornadas de descanso en las haciendas. Comenzando el siglo XX el cuatro llegó a la ciudad y se convertiría en el instrumento nacional. Y sobre ese cuatro se formó Yomo Toro en los años cincuenta, acompañando en valses y boleros a Los Cuatro Ases, Los Universitarios o a José Antonio Salamán.

Su fama mundial vendría en los años sesenta al anunciarse la explosión salsera. Cuando en 1968 el gran Johnny Pacheco fundó la Fania All-Stars, Toro ingresaría como cuerdista principal de ese mítico sello de Nueva York. Con su presencia, a las poderosas descargas de salsa brava se colaban los compases y melodías de la plena, el aguinaldo y demás memorias del folclor puertorriqueño. Y así lo sabían leyendas de origen callejero y corazón jibarito que grabaron con él. Así lo atestigua esta “tiraera” navideña que nos dejaron las distantes generaciones de Daniel Santos yHéctor Lavoe.

Y el talento de Yomo Toro llegó al menos una vez al cine gringo, cuando en 1971 se le encargó a Marvin Hamslisch la música de Bananas, aquella tragicomedia que Woody Allen le dedicó a las dictaduras latinoamericanas. Allí estaba presente el trío con el que Yomo grababa sus discos con el sello Fania.

Y por supuesto, otros grandes como Larry Harlow, Willie Colón (con su orquesta y Lavoe en las voces grabaría la inolvidable Murga de Panamá), Jimmy Sabater,Rubén Blades. Y su cotización queda demostrada en esta grabación de 1978, donde impresiona con un solo para este clásico de la alianza Colón-Blades. Habla Puertorro…

Las últimas décadas fueron de un retorno a las raíces, donde la lectura de las cuerdas campesinas, crearía impresionantes cocteles como fue el caso de “Funky Jíbaro”. Y ya hecho leyenda, en 2012 se nos fue. Justo estaba recluido en ese Bronx que con la llegada de tanto músico boricua se volvería un epicentro revolucionario de la música latina. Aunque ubicado al otro lado, en Niuyor, nunca más sería ajeno, tal como lo fue la islita para aquellos pioneros de quienes descenderían los jibaritos.

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